Las invasiones inglesas, el 17 de octubre y la derrota de tres imperialismos ante la conciencia nacional de los trabajadores.
“El 17 de octubre se engendró mucho antes de su alumbramiento, en movimientos y luchas pre-existentes porque en la historia, como en la vida, nada se crea porque sí (…) En las luchas populares pre-existentes, impregnadas de una tradición cultural distinta a la del sistema y del proyecto colonial, late la marcha de los descamisados”. Fermín Chávez
El 17 de octubre de 1945 (conjuntamente con la recuperación de la soberanía sobre las Malvinas en el 82), constituye la gesta épica más importante del siglo XX en nuestro país. Esta afirmación la debemos enmarcar en la historia profunda de lucha del pueblo argentino. Remontándonos en el tiempo observamos que en el nacimiento de nuestra afirmación como pueblo en el rechazo a las invasiones inglesas al Río de la Plata se manifiesta a su vez el anti-colonialismo de los sectores populares en contraposición a los sectores elitistas, ajenos a las tradicionesculturales propias e interesados en comerciar en forma dependiente con Su Majestad.
No obstante esta célebre defensa y reconquista, Gran Bretaña vuelve al Plata pero esta vez ya no con las armas, sino en una forma más sutil, invisible, a decir de Scalabrini Ortíz (exceptuando, claro está la ocupación colonial directa en 1833 de nuestras islas, y la cuarta invasión por el Río Paraná que se encentra con la defensa del patriota Juan Manuel de Rosas y el pueblo en armas). Así, con empréstitos, la penetración en el trazado de los ferrocarriles y luego su dominio, el control de los puertos, la imposición del librecambismo, con la subordinación cultural, etc. logra, más aún luego de Caseros y Pavón hacer de la Argentina la granja de Inglaterra como quería George Canning, que de paso y para mostrar la sumisión se lo va a “homenajear” con algún monumento, calles, estación de tren, distrito, etc. Pero fundamentalmente con el fortalecimiento del mecanismo de relojería montado en tanto la Argentina colonia informal de Gran Bretaña. Lo que no pudieron las armas lo logró la diplomacia.
Así, llegamos al siglo XX con una Argentina en donde todo le “pertenecía” a Gran Bretaña, una oligarquía local que le rinde pleitesía y la anemia cultural de los sectores medios constituidos en intelligentzia, tan admiradores del mundo extranjero como ignorantes del propio. Es entonces de los sectores militares, no casualmente sino vinculado a que permanecía más ajenos a la colonización pedagógica, de donde va a emerger la figura de Juan Perón que comienza a vertebrar una “nueva Argentina”, para lo cual entiende que las revoluciones no nacen de la teoría abstracta, sino del estudio de la realidad y desde lo bajo, se nutren de las tradiciones del pueblo, que permanece “aferrado al suelo”, a lo propio, ajenos también mayormente a la cultura extranjerizante. Al mismo tiempo, comprende así la necesidad no sólo de sacar a los trabajadores de las condiciones de vida paupérrimas, sino también cimentar la organización de los mismos.
En este marco, todos los actores del “viejo país” semi-colonial se lanzan en férrea oposición al ascenso de los trabajadores argentinos y del Coronel. La oposición va de izquierda a derecha y así desde el imperialismo británico que nos domina, el yanqui que envía a su Embajador para terminar con este “peligro”, y el soviético que pretende que nuestro país esté bajo su égida. Recordemos que en septiembre habían marchado del brazo del Embajador imperialista desde representantes de la Sociedad Rural, radicales, hasta socialistas y comunistas entre otros. Esta situación demuestra que lo que parte la lucha nacional en los países semi-coloniales no es la dicotomía izquierda/derecha, sino los actores que juegan para lo nacional y los que lo hacen para el orden semi-colonial.
Los trabajadores lo entendieron así, por eso su irrupción el 17 de Octubre, donde levantan la consigna “Patria sí, Colonia no”, o cantan “Mate sí, Whisky no”, y a partir de éste, la transformación de la realidad política Argentina. Si en 1806/07 el pueblo había evitado la dominación directa británica, en 1945 con el renacimiento de la conciencia nacional de los trabajadores, y con el advenimiento del peronismo se rompe la dominación semi-colonial y se evita la dominación yanqui o soviética porque no se trata de “cambiar de collar” sino de ser una Patria Libre, Justa y Soberana. Es una clara manifestación del nacionalismo popular anti-imperialista. Las jornadas de octubre tienen una proyección hacia la Patria Grande, pues enciende la mecha de las revoluciones nacionales que van a recorren Nuestra América.El 17 de octubre sella el vínculo entre el pueblo trabajador y el líder que supo sintetizar todas las tradiciones de lucha del mismo, demostrando como esa noche afirmó el Coronel, desde los balcones de la Casa de Gobierno, que “sobre la hermandad de los que trabajan ha de levantarse nuestra hermosa patria, en la unidad de todos los argentinos”.
Fuente: Megáfon UNLa
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