JULIO VICENTE CANESSA (1901 – 1976)
Nace el 5 de abril de 1901, en Pehuajó, provincia de buenos Aires. Cursa los tres ciclos de la enseñanza, egresando de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad de buenos Aires, con el título de Ingeniero Industrial.
En 1927, ingresa a Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF). Desde su puesto, estudia e investiga las posibilidades de alcanzar el mejor aprovechamiento de nuestra riqueza gasífera. En la destilería de La Plata, impulsa la primera planta de producción de gas líquido de la Argentina. En 1938, pasa a desempeñarse como administrador de la destilería de YPF, de la localidad de San Lorenzo, en la provincia de Santa Fe.
En 1945, es designado administrador de los servicios de gas en Capital Federal. Poco después, en 1946, ya en su condición de Primer Director General de Gas del Estado, lo entrevista al presidente Perón y le dice: “-Vea-, en Comodoro Rivadavia dejamos escapar el gas y después, importamos carbón de hulla para fabricarlo. Tenemos que traer ese gas a Buenos Aires y terminar con el carbón importado”. Perón hace llamar al ministro Lagomarsino, mientras escucha atentamente las explicaciones de Canessa sobre un mapa. Luego le dice: “Está bien, no hace falta que entremos en detalles… Vaya y hágalo. Ahora se lo ordeno. Y usted, Laguito, se ocupará de que a Gas del Estado no le falte nada. Quiero ver ese gasoducto cuanto antes”. Luego, Canessa cuenta, enfervorizado por el entusiasmo: “¿Se da cuenta? Vaya y hágalo. Aquella frase me martilló toda la noche. Era la primera vez que un presidente terminaba así una entrevista de ésas. No podía creerlo”.
La obra se planea en seis meses y el 21 de febrero de 1947, el presidente Perón suelda el primer caño del gasoducto en Lavallol. Canessa, como director de la obra, planifica la construcción: el tramo Valcheta (Río Negro) – Comodoro Rivadavia (Chubut) es adjudicado a la empresa Techint, en tanto que el que une Valcheta con Buenos Aires, queda en manos de Gas del Estado.
Canessa pone todo su empeño en esa obra, que desde años atrás había sido su gran proyecto. Vive para el gasoducto y redobla esfuerzos diariamente para que éste avance uniendo esa larga distancia: 1700 kilómetros de cañería “transportaban los sueños de Canessa por el interior de la tierra”. El 29 de diciembre de 1949, se inaugura el gasoducto –en ese momento el más largo del mundo-, una de las obras más importantes construida en la Argentina en las últimas décadas.
Canessa cumple, luego, otras funciones, en todas ellas fiel a la inquebrantable concepción de defender los recursos naturales del país. Entre 1949 y 1950 se desempeña como presidente del directorio de YPF. Luego, es miembro del directorio del Banco Industrial y del Banco Central y en 1955 asume como decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires, perdiendo su cargo al producirse el golpe del 16 de setiembre.
En 1958, vuelve a ser administrador de Gas del Estado. Años después, en 1973 – 1975, ocupa nuevamente cargos importantes de asesoramiento en materia energética: asesor del ministro de Obras Públicas, administrador general de la Dirección de Energía de la provincia de Buenos Aires, asesor del presidente del directorio de YPF.
Fallece el 19 de junio de 1976.
No obstante la falta de reconocimiento público –por razones políticas- el nombre del ingeniero Canessa queda indisolublemente ligado a la construcción del gasoducto Comodoro Rivadavia-Buenos Aires y a la gestación de una empresa estatal modelo, que no sólo multiplicó notablemente la cantidad de usuarios sino que fue siempre superavitaria.
Fuente: NORBERTO GALASSO – LOS MALDITOS – VOLUMEN I – PÁGINA 134. Ediciones Madres de Plaza de Mayo
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