Esta situación de abundante mano de obra, sumada a la falta de legislación y luego a la falta de aplicación de la misma (aunque incluso esta tenia excepciones que permitían alargar la jornada laboral a 10, 14 o incluso 16 horas), generaron una penosa situación para los trabajadores, que debían soportar pésimas condiciones de seguridad e higiene, una exagerada carga horaria, bajos salarios que por lo general no alcanzaban a cubrir las necesidades mínimas de los obreros y sus familias, así como el hacinamiento en sus casas, generado por la falta de políticas sociales de vivienda.
Ante estos hechos, el 1º de mayo de 1886, 200.000 trabajadores inician la huelga en todo el territorio de los Estados Unidos con la proclama de “Ocho horas para el trabajo, ocho para dormir y ocho para la casa”, mientras que otros 200.000 consiguen sus reivindicaciones con la sola amenaza de la huelga.
Pero en la ciudad de Chicago estas movilizaciones se extendieron tres días mas, por lo que la policía decidio el 2 de mayo la disolución violenta de una manifestación de 50.000 personas, que a su vez daría origen a la manifestación del 3 de mayo, donde una compañía de policías disparó a quemarropa sobre los presentes, provocando 6 muertos y decenas de heridos.
Se genera así la Revuelta de Haymarket, donde un policía murió y varios resultaron heridos como consecuencia de la explosión de un artefacto arrojado por un desconocido cuando se procedía a reprimir a unas 20.000 personas que se manifestaban pacíficamente, provocándose además un numero aun hoy desconocido de muertos y heridos por la acción represiva de la fuerza policial.
Como consecuencia de este incidente, se declaró el Estado de Sitio y el toque se queda, en virtud de los cuales se detuvo a centenares de trabajadores, quienes fueron golpeados y torturados bajo la acusación del asesinato del policía muerto en la Revuelta de Haymarket, procediéndose luego a la acción judicial contra 31 personas.
De entre estas 31 personas, solo quedarían como acusados 8 anarquistas, quienes fueron juzgados en un proceso violatorio de todas las normas procesales y que mas tarde seria directamente calificado como una “farsa”.
Finalmente este proceso devino en la condena a la horca para cinco de estas personas que pasarían a la historia como “Los Mártires de Chicago”, mientras que los tres restantes recibieron pena de prisión.
«Salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro… Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: «la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora». Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable…” José Martí Relato de la ejecución
La Baldrich les desea a todos un muy ¡¡FELIZ DIA DEL TRABAJADOR!!
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