“Endeudar un país a favor de otro, hasta las cercanías de su capacidad productiva, es encadenarlo a la rueda sin fin del interés compuesto (…) Tarde o temprano el acreedor absorbe al deudor. Primero al débil y pequeño. Luego al más poderoso y resistente. Además, la servidumbre indirecta que el acreedor impone al deudor es una forma de compulsión para dirigir las corrientes de compras y ventas de los países deudores. Es también un elemento sólido para intervenir en el manejo de la política interior de cada país.”
Raúl Scalabrini Ortíz
Dejar una contestacion