«La riqueza argentina es aparente, pues el capital invertido en nuestra tierra, inglés en su inmensa mayoria, constituye una enorme hipoteca que succiona día a día la sangre de los argentinos… Son 19.723 millones que reditúan aproximadamente unos mil millones anuales… Por eso en un pueblo exportador de materias alimenticias puede haber hambre: ha comenzado a haber hambre… El pueblo siente esa mole de numeros ignorándolos. Los siente como una presión que lo rodea y desplaza de su propio país y que lo va transformando en un peón de campo que trabaja para que otros medren y gocen a su costa, lo siente como una fuerza que lo estrangula y va haciendo de él, ombre libre y orguloso de serlo, un ilota..- Los comerciantes ingleses cumplieron la obra que sus soldados no pudieron realizar en 1806»
Dejar una contestacion