Hace 33 años, en plena Guerra de Malvinas, el submarino nuclear “Conqueror” disparaba 3 torpedos hacia blancos argentinos por fuera de la “Zona de Exclusión Total” determinada por el propio gobierno británico, provocando así el hundimiento del Crucero ARA General Belgrano, anteriormente «ARA 17 de Octubre» y rebautizado por la Revolución Fusiladora de 1955.
Este hecho criminal provocó aproximadamente la mitad de las muertes argentinas durante la guerra, pudiendo afirmarse hoy mediante documentos desclasificados del gobierno británico que el principal objetivo de este ataque fue dar un gran golpe, para así encolumnar a la opinión pública tras las decisiones de la Primer Ministro Margaret Thatcher.
Usualmente desconocida, la causa de que esta “acción de guerra” para los británicos sea calificada como “crimen de guerra”, se basa en el art. 51 de la Carta de las Naciones Unidas, en donde se prohíbe el uso de la fuerza salvo en la legitima defensa, norma cuya vigencia fue reconocida por el Reino Unido al tiempo de enviar a la “Task Force” (Fuerza de tareas) hacia el Atlántico Sur.
El hundimiento también fue considerado como violatorio de la norma de derecho internacional de no realizar daños, sufrimientos, ni matanzas que sean innecesarias, ya que se busco su hundimiento cuando su sola inutilización hubiese alcanzado para que dejase de representar una amenaza.
Sin embargo, al momento del ataque el ARA General Belgrano (con una capacidad de tiro de entre 20 y 30 Km.) no solo se encontraba por fuera de la Zona de Exclusión, sino que además se hallaba a una distancia de más de 400 millas de la mayor parte de las fuerzas inglesas y a mas de 250 millas de las más cercanas, con rumbo a la Isla de los Estados, indicando el sentido común que no representaba una amenaza para las fuerzas británicas.
Tales son los argumentos a favor de la posición argentina, que el máximo consejero jurídico del Reino Unido desaconsejó a la Primer Ministro de realizar el ataque, mientras que el Capitán del “Conqueror” pidió que se repita tres veces la orden ante el asombro provocado por su contenido, procediendo luego a ejecutar la orden que causaría la muerte de 323 argentinos.
Entre las victimas no sólo había militares, sino que también había conscriptos e incluso dos civiles, denunciándose posteriormente que la muerte de numerosos tripulantes por causa de hipotermia en las balsas habría sido evitable, ya que se debió a la falta de entrenamiento del personal no profesional en el manejo de estas balsas herméticas.
Hoy presentamos nuestros saludos a aquellos que arriesgaron y dieron su vida por la Patria defendiendo nuestra soberanía sobre el Atlántico Sur. ¡Honor y Gloria a todos ellos!
La Baldrich
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