Con una vigencia absolutamente inapelable, Don Arturo Jauretche se desarrolla un tema que fue eje en las recientes campañas y que esta constantemente en boca de casi todos los argentinos: la inflación, con el fin de tener un conocimiento mas completo del funcionamiento de la misma asi como de su importancia.
Sin mas, en exclusiva, Arturo Jauretche:
EL PROCESO DE INFLACIÓN
En numerosas oportunidades, el “INFORME” hace referencia a la inflación como uno de los males mas grave que afectan la economía del país.
No vamos a defender la inflación desde el puto de vista estrictamente económico, pero no podemos evitar de señalar que solamente a través de un continuado proceso de inflación se ha podido efectuar la intensa redistribución de ingresos en favor de los sectores asalariados.
Dentro del orden jurídico existente, fundado en el concepto romanístico de la propiedad, no existen formas efectivas de redistribución de la riqueza y de los ingresos, fuera del alto gravamen o de la inflación. Con respecto al primero, cabe advertir que la vieja corte Suprema de Justicia – la que ahora se pretende reeditar – había puesto coto al gravamen fiscal declarándolo atentatorio contra la garantía constitucional de la propiedad en cuanto excedía de ciertos limites. No existe en cambio posibilidad alguna de declarar inconstitucional a un proceso de inflación.
Congeladas las rentas – caso de los arrendamientos urbanos y rurales – y los créditos, la inflación fue cercenando gran parte de los ingresos de los rentistas y acreedores, que se transfirió al sector de los trabajadores a través de incrementos constantes de sueldo. De otra manera no hubiera sido posible llevar a cabo esa política social que permitió elevar el nivel de vida de la población y dar al trabajador una mayor participación en la distribución de los ingresos totales de la Nación.
No hay que olvidar, asimismo, las implicancias económicas de esa mejora del poder de compra popular, que creo el mercado interno para el desarrollo de nuestra industria y aseguro, por vía de una intensificación de su actividad, la plena ocupación.
La inflación argentina fue, por otra parte, un proceso permanente sometido a control, que se dirigió en el sentido mas conveniente a los intereses nacionales. No llego a superar en ningún momento la capacidad del gobierno argentino para graduarlo y orientarlo, como se puso de manifiesto con la aplicación del plan económico del año 1952, frente al cual el propio Prebisch expreso: “Merece señalarse la firme aplicación de los controles de precios, créditos e importaciones y el logro de los propósitos con que ellos se perseguían, experiencia tal vez sin paralelo en América Latina”. (Estudio económico de América Latina, año 1953, pag. 15).
No ignora Prebisch, por otra parte, que hubiera bastado la congelación de los salarios en el año 1954 para poner fin a ese proceso en nuestro país. Pero ello hubiera significado significar a la clase productora y debilitar el mercado interno en momentos en que la industria y el comercio argentinos no habían terminado de reponerse de las dificultades financieras originadas por el desastre económico de las sequías del periodo 1950/52. Si hoy esta dispuesto a detener ese proceso, es simplemente como un medio para operar la redistribución a la inversa, esto es, para preparar las condiciones económicas necesarias para transferir al exterior y a los terratenientes locales buena parte de los ingresos que actualmente perciben los trabajadores. No ignora las consecuencias que acarreara esa detención de la inflación, porque ya las ha definido claramente en sus informes para la CEPAL:”La experiencia mexicana de los últimos años demuestra que es posible detener la inflación dentro del marco institucional en que viven los países latinoamericanos. Pero al mismo tiempo, enseña que la detención del proceso inflacionario puede tener a veces efectos muy desfavorables en las inversiones, en la ocupación y en el ritmo de desarrollo”. (Estudio Económico de América Latina año 1953).
Fuente: «El Plan Prebisch» – Arturo Jauretche
Dejar una contestacion