SAÚL ELDOVER UBALDINI (1936-2006)
Saúl Ubaldini nació el 29 de diciembre de 1936 en el Hospital Salaberry, en el barrio de Mataderos, donde se crió en el seno de una familia humilde que encabezó su padre, Antonio Victoriano Ubaldini, que fue mozo y luego obrero del Frigorífico Lisandro de la Torre, y su madre, Carmen Guida, ama de casa y trabajadora textil.
Se recibió de técnico industrial en la E.E.T. Nº 4, fue un ferviente católico, militante peronista y fervoroso quemero. Contrajo matrimonio con Felisa Pazos y años después con Margarita Muñoz y fue padre de tres hijos varones.
Tras cumplir el servicio militar en la Marina trabajó como cadete, como aprendiz de taller mecánico y en una farmacia, hasta que a comienzo de los ’60, siguiendo los pasos de su padre ingresó en el gremio de la carne desempeñándose en los frigoríficos Lisandro de la Torre y Wilson. En esos años fue elegido delegado, comenzando así, de la mano de un gran dirigente gremial, Sebastián Borro, su ascendente carrera como gremialista. Eran los años de la resistencia obrera frente al atropello de dictaduras militares y gobiernos civiles pseudo democráticos.
Como les ocurriría a tantos otros luchadores populares, luego del golpe militar de junio de 1966 fue cesanteado. Así fue que cambió el gremio de la carne por el cervecero al conseguir, en 1969, un puesto de trabajo en una fábrica de levaduras de cerveza, la Compañía Argentina de Levaduras. Siendo todavía un dirigente cervecero apenas conocido cuando se ganó los odios del interventor militar de la CGT: leyó un mensaje público a sus compañeros presos. En 1972, se lo eligió secretario de la Federación Obrera Cervecera Argentina (FOCA), y en 1976 se convirtió en el Secretario General de la Federación de Sindicatos Cerveceros.
En 1977, en plena dictadura militar integraría junto a un grupo de compañeros sindicalistas la ‘Comisión Nacional de los 25’, agrupación de sindicatos que expresaban al núcleo más combativo contra el ‘Proceso’.
En 1978, cuando la muerte arreciaba todos los rincones de nuestra patria y muchos políticos, intelectuales y mismos sindicalistas rendían pleitesías a los señores de la muerte, Ubaldini reclamaba: “Debemos comprometer hasta la última gota de nuestra sangre para impedir que se repita otra Dictadura que, como ésta, suma al país en oprobio, miseria, hambre y dolor de perder a sus mejores hijos; y la democracia es el único medio que conocen los pueblos libres para hacer sus revoluciones en paz”.
Aquella comisión de los 25 le hizo el primer paro nacional a la dictadura el 27 de abril de 1979, cuando hacer un paro no era sólo hacer un paro. La huelga concluyó con represión y cientos de dirigentes sindicales heridos y presos.
A comienzos de 1979 Ubaldini pasó directamente de la Federación Cervecera a ocupar la secretaría general de la CGT, y al producirse la división entre la CGT ‘Azopardo’ y la CGT ‘Brasil’, optó por la segunda junto a Lorenzo Miguel, Diego Ibáñez y al ‘sector de los 25’ asumiendo la conducción de la misma en diciembre de 1980.
Ya como secretario General de la CGT Brasil, el 7 de noviembre de 1981, convocó, en el barrio de Liniers, a una marcha a la que asistieron unas 10 mil personas en reclamo de pan, paz y trabajo a San Cayetano, constituyendo la misma, la primera expresión multitudinaria de oposición al gobierno militar.
El 30 de marzo de 1982 protagonizó una jornada de lucha contra la dictadura donde hubo una durísima represión policial, estuvo detenido en el penal de Caseros. Sin embargo el 16 de diciembre de 1982 nuevamente está en la calle junto a los obreros y al pueblo argentino en otra jornada de huelga y movilización contra la dictadura genocida.
Este accionar constante contra la dictadura militar llevado adelante por Saúl Ubaldini le valió en el 2005 ser homenajeado con una medalla ‘por su aporte a la recuperación de la democracia’ por parte del Movimiento de Trabajadores para la Victoria (MTV), conducido por los diputados nacionales Edgardo Depetri y Francisco ‘Barba’ Gutiérrez.
Con la vuelta de la democracia se convirtió en el principal referente y líder opositor al gobierno de Raúl Alfonsín, en febrero del ’84 organizó una marcha a la plaza de los dos congresos para oponerse a la llamada Ley Mucci y al frente de una poderosa CGT unida realizó trece paros nacionales al gobierno radical. Su imagen, con su clásica campera de cuero negra, sería a partir de entonces familiar a todos los argentinos, aunque no en todos generaría los mismos sentimientos.
El 8 de noviembre de 1986, se normaliza la CGT tras una década de intervención y Ubaldini es elegido secretario general, cargo que desempeñará hasta 1990.
Ubaldini fue además el primer titular de la CGT que participó en una marcha en defensa de los derechos humanos hacia la Plaza de Mayo, el 6 de septiembre de 1985, para exigir el castigo de ‘los culpables del genocidio padecido por la militancia en la Argentina’.
Ante el marco de regresión económica que planteaba el Plan Austral del entonces ministro Juan Vital Sourrouille, impulsó desde la CGT como alternativa al mismo, un documento de 26 puntos, cuyo primer punto era la moratoria de la deuda externa y el segundo la exigencia de implementación de políticas de desarrollo industria, que luego sería la base de la plataforma de la fórmula Menem-Duhalde en 1989.
Su indudable poder de convocatoria es de gran importancia para los candidatos del peronismo durante su campaña electoral. Más aún, fue tal vez Ubaldini la pieza clave del triunfo del 14 de mayo de 1989. A pesar de ello, luego del triunfo, vendría la traición. Quizá ésta ya se pudo sentir en el mismo día del triunfo electoral cuando “en el hotel Presidente iba a hablar Saúl Ubaldini desde el balcón… pero no lo dejaron”.
Ese momento es considerado por algunos como sintomático de lo que sucedería días más tarde en el Congreso de la CGT del Teatro San Martín, cuando se produce una nueva fractura de la central sindical provocada esta vez desde un gobierno en teoría peronista con apoyo del sector que lideraba Luis Barrionuevo.
El 14 de noviembre del ‘ 90 se producía de su mano y en condiciones de debilidad manifiesta la primera movilización contra la política económica del gobierno liberal de Menem, se esperaba la convocatoria al primer paro nacional contra la política menemista, pero, aunque contaba con el apoyo de hombres como Mario Bornio o el ‘Barba’ Gutiérrez, el cambio de filas de la UOM y otros sindicatos importantes decretaron la derrota del sector combativo liderado por Ubaldini quien “pasó a ocupar una oscura oficina del edificio de Azopardo e Independencia. Una parábola no sólo del peronismo, sino también de la desindustrialización”.
En 1991 decide junto a varios compañeros que lo apoyan, postularse por fuera del PJ como candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, pero es derrotado por Duhalde en forma categórica (su partido la Acción Popular por la Liberación, el obtiene el 2,2 % de los votos). En agosto de 1992 la CGT se reunifica y Ubaldini es dejado de lado. La derrota era total, no sólo en el plano político, sino también en el sindical. El gran líder sindical de ayer había sido vencido y aislado por los traidores al movimiento obrero organizado.
Sin embargo, seguirá dando la lucha política dentro ahora del PJ, (cuando un Eduardo Duhalde alejado ya por entonces del presidente Menem, comienza a rejuntar a los compañeros que se oponen al presidente), en su pretensión de que el movimiento obrero ocupe un espacio en el Congreso. Así es electo diputado nacional por Buenos Aires para el período 1997-2001 y reelecto para el período 2001-2005. Desde su banca y pagando un alto costo por su reinserción política, votará la ley de flexibilización laboral de septiembre de 1998, opacando su labor legislativa como defensor de los intereses obreros en particular y los nacionales en general, accionar que no condice con su conducta histórica y que lamentablemente se constituye en una mancha, una traición, en su extensa vida político-sindical, sólo posible tras sufrir duras derrotas. Sin embargo dos años más tarde, durante el gobierno de la Alianza, se opondrá duramente a la llamada “Ley Banelco” y a fines de 2003 presentará un proyecto de ley que reemplace a esta ley mal habida.
También se desempeñó como presidente de la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara Baja, y en su carácter de legislador y demostrando sus sentimientos de solidaridad con los hermanos cubanos integró el “Grupo Parlamentario de Amistad con Cuba”. Saúl Ubaldini fue, a su vez, vicepresidente de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), de tendencia socialdemócrata y representante argentino en la OIT.
El final de sus días lo encuentra desempeñándose como asesor en cuestiones relativas a la actividad sindical en el gabinete del ministro de Planificación Federal, Julio De Vido en la presidencia Kirchner.
Falleció en la Clínica del Parque en la cual se encontraba internado desde mediados de octubre, víctima de un cáncer de pulmón, en la noche más precisamente a las 21:05, del 19 de noviembre de 2006; estaba a punto de cumplir 70 años.
Fuente: FERNANDO ARCADINI – LOS MALDITOS – TOMO IV – PÁGINA 113. Editorial Madres de Plaza de Mayo