El 3 de enero recordamos un aniversario más de la ignominiosa usurpación de nuestras islas Malvinas perpetrado en 1833 por el Reino Unido de Gran Bretaña.
Todas las conmemoraciones siempre tienen alguna particularidad, esta nos propone volver a la senda del auténtico reclamo por la restitución de los archipiélagos australes asumiendo la posición de país soberano, dejando atrás estos últimos cuatro años de humillante entrega que comenzó exactamente el 10 de diciembre de 2015.
A nadie se le escapa que el acuerdo Foradori – Duncan, celebrado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en septiembre de 2016 requiere de negociaciones mucho más extensas, (propusimos como fecha diciembre de 2015 pero es posible que hayan comenzado mucho antes de la asunción de Macri, cuando se vislumbraba un triunfo sobre la formula Scioli – Zanini). No es solo una apreciación u opinión particular, los hechos hablan por sí solo, el cambio de orientación respecto de la administración de Néstor Kirchner primero y de Cristina Fernández de Kirchner después de endurecer la demanda evitando el crecimiento económico y denunciando la militarización británica en la zona en litigio, se conjugo con la disposición de otorgarle un sentido continental a la exigencia de dialogo por la soberanía de las islas latinoamericanizando el reclamo. Terreno en donde se avanzó de manera concreta con nuestros hermanos sudamericanos, que impedían el amarre y abastecimiento de las naves que fueran a realizar trabajos de suministro respecto de la exploración y eventual explotación de petróleo en la cuenca de Malvinas, sancionando a las empresas que operasen en suelo continental argentino y que ayudaban logísticamente para esta tarea. Además de avanzar en cuestiones simbólicas como el de no permitir el amarre de buques que portasen la bandera de las islas usurpadas.
Todo este esfuerzo se truncó con la llegada al gobierno de Mauricio Macri, en donde se privilegió una supuesta “agenda positiva” por sobre el justo reclamo de soberanía. De esta manera, nuestra Nación proveyó de equipos y recursos humanos con el fin de maximizar la pesca de los usurpadores británicos. Además, cedió zonas de exploración de hidrocarburos a empresas británicas o vinculadas a los expoliadores isleños en la zona fuera de litigio, en nuestra plataforma nacional. También se permitió el uso de una nueva ruta aérea con cabecera en Brasil, con lo cual el sistema de interconexión de los isleños se verá sensiblemente incrementado. Sin contar que los bancos y empresas que operan en territorio continental argentino ya no tendrían ningún tipo de sanción si colaboran con los apropiadores británicos.
El actual gobierno de Alberto Fernández, recuperará Malvinas?. La respuesta a este interrogante es sencilla, y es no, primero debemos recuperar nuestra devastada Patria, tenemos que industrializarnos, mejorar las posibilidades de nuestro agro, también trabajar en el sistema militar, sí en el sistema militar, recuperar las fabricas militares y nuestros astilleros mejorar sensiblemente nuestras posibilidades de defensa, de mas esta aclarar, que jamás nos puede volver a pasar una desgracia como la ocurrida con el submarino ARA San Juan. Para sintetizar es necesario lograr la completa soberanía económica, política, cultural y tecnológica de nuestra Nación.
El discurso inaugural de inicio de mandato de Alberto Fernández en este sentido es alentador, este cambio de rumbo en la política interior y exterior del actual gobierno nos propone soñar nuevamente con la posibilidad de tener un firme y real compromiso no solo con nuestras Islas Malvinas, Sandwich del Sur y Georgias del Sur, sino también con la Antártida y nuestra plataforma continental, en el marco de la unión de los países que conforman la Patria Grande, trabajando también en la recuperación de los organismos que nos representan y dan fuerza como el Mercosur, Unasur y la Celac.
Por Lic. Miguel Giorgio (VGM) y Mg. Ariel Hartlich
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