Reformismo ¿no tan permanente? – Por Marcos Domínguez


Después de un buen tiempo (en el marco de la cronología bloguera), volvemos a dejar algunas reflexiones de coyuntura.

Al parecer, la Reforma Previsional, a diferencia de otras problemáticas cuyo debate fué (también) administrado por los servicios de comunicación (más conocidos como medios de comunicación), ha modificado el amperímetro del clima social y la imagen del gobierno. Tanto es así que el pasado jueves, los retazos opositores confluyeron en su mejor momento político en lo que va de macrismo, y unificándose, lograron aprovechar el traspié amarillo, articulando un vaso comunicante entre “la calle” y el parlamento que derivó en los gritos en la Rosada y el Hubris de Mauricio.

Confluyeron así la intensa tarea organizativa de sindicatos, organizaciones politicas, movimientos sociales, y autoconvocados, que resistieron una de las jornadas represivas más vergonzozas de nuestra historia reciente, y la efectiva labor de diputados y diputadas cuya performance quedó graficada y consumada en una foto que ya forma parte del acervo popular. Pero pasemos al meollo.

¿En qué consiste el robo?, sencillo: la intención del gobierno es que la tasa de sustitución ( diferencia entre lo que gana la persona como trabajador activo y lo que va a ganar como jubilado) pase de un 60 % a un 35% (aprox.). Es decir, con la ley actual si como trabajador ud. está ganando $20000 y se jubila, su jubilación será:

  • Con la ley actual $12000
  • Con la ley que quieren aprobar el lunes $7000 (la mínima)

Antes de entrar en la vieja y peluda dinámica del ensayo-error a la que el gobierno tiene acostumbrada (aunque parece que ya no tanto) a la sociedad, su idea inicial era extraer 100 mil millones de pesos del sistema previsional, es decir, del bolsillo de las y los jubilados. Pero, como los focus groups siguen logrando sensibilizar a Cambiemos en las ultimas horas, ahora “solo” les robaran 96 mil millones, saqueo del cual la beneficiara principal es esa angelical y fresca gobernadora que vive refugiada de las gárgolas peronistas bonaerenses en una base militar, María Eugenia Vidal.

Aclarado esto último, es evidente que la Reforma jubilatoria lejos está de buscar una mejora en las cuentas fiscales, sino que se impulsa, principalmente, con el fin de obtener para Vidal la friolera de 40 mil millones de dólares por vía de la sustracción al sistema previsional para financiar la reelección cambiemita de cara a 2019. Al menos la hoy ministra de seguridad, Patricia Bullrich, era más sincera que el mejor equipo de los ultimos 50 años, cuando en aquellos años les recortaba a los jubilados, en tanto no intentaba disfrazar el recorte de “reforma beneficiosa para los jubilados”.

Como todo en todo, en política no hay nada seguro. Es así como la casi infalible Elisa Carrió no pudo descomprimir del todo la situación vía Twitter, porque gobernar por Twitter es un arte poco desarrollado en el planeta, de momento. Es llamativo que sea justamente “Lilita”, la que haya intentado ponerle cordura a la situación. Si bien en general su crítica esotérica en pose mística (única vía a la que se puede apelar para defender bestialidades) la posiciona como auditora interna de moralina cambiemita, y a su vez comunica la idea de “la pluralidad de voces” al interior del “equipo”, es poco probable que en este caso pueda evitar la hemorragia política que esto producirá sobre los anarco-capitalistas del Newman.

“La víscera más sensible” puede seguir siendo el bolsillo, pero el problema actual en el que se encuentra el gobierno no tiene una explicación monocausal. Si repasamos, desde que asumió, el gobierno macrista está tratando de “insertar a la Argentina” en un mundo que ya no existe en la realidad efectiva. Los mercaderes de limones han convertido a la Nación otra vez en la alfombra de la “confianza de los mercados”, confianza que según los últimos acontecimientos, estarían queriendo atraer a base de gas pimienta y desmadre social.

Lo cierto es que desde la salida de la convertibilidad que la matriz económica no estaba tan sobreexpuesta a los shocks externos ni a los flujos de capital especulativo extranjero como lo está hoy. El incremento obsceno de la deuda externa, el deterioro constante de la holgura fiscal y la pérdida acelerada de robustez macroeconómica se combinan con la bicilcleta financiera como principal patrón de acumulación y la fuga a cielo abierto, en un cocktail cuyos costos deberían ser pagados por los jubilados y empleados públicos, fórmula que de nuevo tiene muy poco, como el macrismo.

Se dijo hace un tiempo en este Blog, que el grado de inconsistencia interna del modelo cambiemita, dada por la presencia de “déficits gemelos” (fiscal y en la balanza de pagos: no recauda lo suficiente y se endeuda) hace que las caracterizaciones más generosas sobre el futuro del gobierno sean, de mínima, extremadamente apresuradas. Los modelos que sólo se sostienen con un espiral del endeudamiento y déficit fiscal, no son los más deseables, ni siquiera para Espert. Hoy son esas inconsistencias sumadas a la naturaleza de insensibilidad social de la oligarquía las variables que se combinan para desembocar en este nivel de conflicto social, generado por el propio gobierno.

Ahora bien, la pregunta política es ¿qué hará el gobierno con estos “problemas”?. Si nos remitimos a lo conceptual, nos encontramos siempre con que a la a la oligarquía los problemas sociales “no se le presentan como tales sino como dificultades, como obstáculos en su libertad. Tiene del obrero argentino la misma imagen que antes tuvo del indio y del gaucho: no son identidades humanas, son ‘dificultad’ y su reacción es la de eliminar dificultades, no la de solucionar problemas”, como quirúrgicamente precisa Salvador Ferla. Esos “obstáculos” deben ser removidos con fuerzas de seguridad que balean a su pueblo y una casta política que extorsiona. En este marco, el daltonismo ideológico de ciertos núcleos opositores va mermando en la misma proporción en la que aumenta la crueldad oligárquica, y la oposición empieza a tener lógica de oposición, es decir, de oposición al oficialismo.

Sabemos que la oligarquía es más autóctona que nacional, en tanto es un apéndice de la oligarquía financiera internacional que manipula nuestra economía perjudicando (casi por mandato divino) a los sectores que dependen de sus ingresos fijos, cuyos salarios no crecen con la misma rapidez que la desvalorización del peso. Desde enero del 2016, nos vienen reduciendo brutalmente los ingresos, cerrando las fuentes de trabajo y llevando a la precariedad salarial y moral a los trabajadores.

La devaluación y el aumento del precio de los alimentos (en el que G.Moreno hace especial hincapié desde hace bastante tiempo) no pudo traer otra cosa que lo que trajo: un fuerte proceso de la inflación, modificando a favor de 1.000 familias los precios internos de la economía argentina, donde cada vez son necesarios más pesos para comprar la misma cantidad de unidades de un producto de la canasta familiar. Esta inflación creada artificialmente y ejecutada por decisiones de funcionarios que responden a la oligarquía local e internacional ya no parece ser un problema que “el INDEC K” esté generando, porque ahora la puja distributiva esta resolviéndose a favor de quienes tiene que resolverse: la SOCIEDAD RURAL, GRUPOS DE LA AGOEXPORTACIÓN, CARGIL, BUNGE Y BORN, NIDERA, DREYFUS, CONTINENTAL MONSANTO, LA BANCA INTERNACIONAL J.P MORGAN, MERYLL LINCH, GOLDMAN SACH, DEUTCHE BANK. En suma, el macrismo comenzó a perder el rumbo cuando diseñó su política económica.

Si bien nadie debe comprar féretros para el macrismo tan rápido como los compro para CFK, el dato concreto en el tiempo de la incertidumbre revestida de gas pimienta es que la concreción de la marcha y el paro, debilitará gravemente al gobierno macrista, que por supuesto no recibirá un K.O definitivo, pero habrá iniciado una agonía sin remedio. No obstante, será una oportunidad perdida si no se tiene en cuenta el eje principal que el modelo de oposición (al que nos referimos aquí y aquí) debe usar como brújula lo que el pulso de “la calle” ya demuestra, la unidad.

Quizás el eufemismo del ex tesorero de SOCMA (“dotación óptima”) salga como tiro por la culata, y buena parte de la sociedad (la suficiente) comience a divisar al verdadero “sobrante” de la actualidad: el rumbo económico del gobierno. Para utilizar palabras del pichón Massot, ahora que prendieron fuego la casa, no se quejen del olor a humo. Aunque la oligarquía siempre ha sido piromaníaca y quizás simplemente haya venido -otra vez- justamente a incendiar la casa.

Por Marcos Domínguez – Las Zonceras Abiertas de América Latina

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


Necesitamos comprobar que el mensaje no es spam * Límite de tiempo se agote. Por favor, recargar el CAPTCHA por favor.