Fragmento del poema «El Paso de los Libres» de Arturo Jauretche
«Así anda el pueblo de pobre, como milico en derrota
le dicen que sea patriota, que no se baje del pingo
pero ellos con oro gringo
se están poniendo las botas. (…)
Esos negocios los hacen con capital extranjero
ellos son los aparceros
y aunque administran la estancia
casi toda la ganancia
la llevan los forasteros. (…)
A la Patria se la llevan
con yanquis y con ingleses
al pueblo mal le parece
pero se hacen los que no oyen
desde que falta Yrigoyen
la han sacado de sus trece…».
Después del golpe con olor a petróleo yanqui contra Hipólito Yrigoyen del 6 septiembre de 1930, y con Agustín P. Justo en el poder mediante el fraude electoral, los radicales intransigentes, defensores de los ideales del ya fallecido “peludo” Yrigoyen, estaban convencidos de que el gobierno de Justo iba a entregar al país al imperialismo británico. Por esto, viendo como ya sufría el Pueblo argentino e intuyendo lo que vendría, decidieron que no podían dejar al país en sus manos.
Entre otros hechos de resistencia, en 1932 un grupo de oficiales y suboficiales impulsados por el Tte. Cnel. Catáneo, había intentado una revolución cívico-militar, en conjunto con dirigentes radicales «fuertes», a pesar de tener al sector alvearista, «los galeritas», en contra. Sin embargo los varios alzamientos planificados fueron frustrados una semana antes del momento fijado para la revolución, en el mes de diciembre de 1932. Luego de unas semanas se malogró un intento de levantamiento de un regimiento en Concordia.
Fue entonces que una nueva rebelión fue preparada para la noche del 28 de diciembre de 1933, momento en que se llevaría a cabo en Santa Fe la convención nacional de la UCR. El gobierno pro-inglés tuvo conocimiento de las nuevas intenciones rebeldes, en parte por haber infiltrado “camareros” en la embarcación que llevaba a los convencionales radicales porteños a Santa Fe.
Confome a la división planificada de los grupos del levantamiento contra el régimen de entrega, algunos de ellos atacarían en Santa Fe y Rosario y otros en algunas localidades bonaerenses. Además, un grupo se preparaba en Brasil para avanzar sobre Corrientes. Al frente de esta columna de 150 hombres al mando del Tte. Cnel. Roberto Bosch se encontraba el soldado Arturo Jauretche.
El 29 de diciembre el levantamiento fue sofocado. Los enfrentamientos y la represión dejaron varias víctimas. Algunas de ellas, “degolladas sobre el campo”, según se relatara. Otros fueron apresados, como Jauretche. Durante sus cuatro meses en la cárcel, Don Arturo conoció a otros rebeldes con los que impulsaría FORJA.
El relato de Jauretche «El Paso de los Libres» se encontrará próximamente en nuestra Biblioteca Digital
Los que conoc an bien a Leandro N. Alem sab an que estaba pasando un momento muy dif cil. Con grav simos problemas econ micos, porque hab a aportado todo su capital para financiar la acci n partidaria y las fallidas revoluciones; se lo ve a muy deprimido y decepcionado por las actitudes de sus correligionarios y convencido de que su famoso lema partidario que se rompa pero que no se doble estaba entrando en desuso. Asqueado de la corrupci n y el fraude del modelo conservador y sinti ndose impotente para enfrentarlo, decidi suicidarse el 1 de julio de 1896.